Dime cómo piensas, y te diré quién eres

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.  Romanos 12:2

La tierra está en una maldición por causa del pecado del ser humano y, por eso, está gimiendo. Solo lo podemos solucionar cambiando el interior de las personas, y el único que puede hacerlo es el Espíritu Santo.

Lo que hay en nosotros debe ser renovado, y no conformarnos a lo que hemos aprendido. Cuando nos renovamos, pasamos a ser parte de un cuerpo que es la Iglesia, donde todos tenemos funciones.

En el contexto de la Biblia no está tan separada la razón del corazón. El cristiano es total, no parcial. No podemos tener una mente pagana y un corazón cristiano.

Transformar significa cambiar de forma. La forma en la que voy a ser transformado es renovando mi entendimiento, la forma de pensar, de entender las cosas y los criterios que están en nuestra cabeza. Si queremos descubrir cuál es la voluntad de Dios para nuestra vida, tenemos que renovar nuestro entendimiento.

Los cristianos creemos que estamos sumergidos en malos hábitos de los que pensamos que no podemos salir y no los cambiamos. Tenemos un gran problema si no renovamos nuestro entendimiento. Podemos cambiar el furor de lo que está por venir, cambiando nuestra actitud y nuestro entendimiento.

De lo que nos alimentemos, de eso hablaremos. De la abundancia del corazón habla la boca. Si llenamos nuestra vida de la Palabra De Dios, nuestra forma de ser será conforme a lo que está ahí escrito. Habrá un momento en el que no saldrá de nosotros mentira, queja, palabrotas…, sino que estaremos gobernados por la vida del Espíritu.

No puedes pensar de una manera y sentir de otra. Estar todo el día escuchando, viendo o pensando en lo que no debemos, es lo que nos contamina. No se trata de anular nuestro pensamiento, sino alimentarlo de una forma distinta, con la Palabra de Dios. Si no renovamos nuestra forma de pensar, no puedo conocer Su propósito.

Es necesario que entendamos que nuestra vida espiritual incluye nuestra mente, y la formateemos a través de cambiar con lo que nos llenamos. Por eso dice que la fe viene por el oír y el oír la palabra de Dios. Leamos libros que nos edifiquen. Cuando leemos la Biblia y estamos en las cosas de Dios, es de lo que hablamos.

Debemos ser capaces de filtrar nuestros pensamientos a través de la palabra de Dios y desechar aquellos que no convienen.

Jesús dijo que nos cuidásemos de lo que oímos. La Palabra de Dios es como una espada de dos filos, que corta tanto cuando la recibimos como cuando la soltamos. Tenemos que llenarnos de ella, para cambiar la trayectoria del mundo y  para no resignarnos a todo lo que pasa a nuestro alrededor.


Junto a su esposa Maricarmen Romero pastorean la iglesia “Manantiales” ubicada en el Municipio de Boadilla del Monte (Madrid). En los últimos años se han consolidado con un refrescante ministerio profético enfocado a la vida interior del creyente y en el manejo de los dones proféticos dentro de la iglesia local.